EL SEGUNDO SOL. (UZ1)

Micaela Estévez

En el metro

Apenas se ha tragado las pastillas cuando Theo irrumpe en mitad de la escena con visibles problemas para controlar el volumen de su voz y con su impetuosidad característica.
No me lo puedo creer... Éste chico, cuando no sabe de qué va la película, simplemente se la inventa...
El hombretón nos explica su historia, su historial clínico es ciertamente preocupante y grave. Estando de prácticas visité el Hospital Mental y pude ver fugazmente a los pacientes terminales. Reconozco que no me asustaron ni la mitad de lo que me asusta el hombr... Duncan.
¿Pero qué narices...? ¿Theo sigue apuntándole? ¡Oh, joder! ¡Tiene el pecho lleno de sangre! Se le ha abierto la herida, ¿por qué nunca me hace caso?
Me levanto y, con una furia impropia en mí, cierro el puño y lo estampo contra su cara, haciendo que Theo se siente de nuevo.
Empieza a balbucear algo, pero no le dejo continuar, gruñe cuando hundo los dedos en su herida. Que le den, si no se hubiese movido tanto no le habría pasado nada.
Mierda, tengo que volver a curarlo...

Joe Rockatansky

En el metro

Pausadamente, respirando hondo por la nariz, el Grandullón Desconocido nos cuenta su historia:
Grandullón Desconocido: Antes de alistarme con 15 años en el VietNam, en el último de los reemplazos que se enviaron allí, me llamaba Duncan. Aunque todos me llamaban Mole.
Tras meterme en un tunel en el que dejé mi infancia, mi inocencia, una tonelada de munición y un montón de carne picada me dieron una medalla y todo el equipo, era un héroe así que me dieron todo aquello para que lo pusiera en una bonita vitrina y lo enseñara en el futuro a mis hijos. No se nada de ninguna cinta...yo, solo estaba en casa mirando la tele y recuerdo mirar la hora y pensar... y pensar que aún faltaban varias horas para la medicación... Recuerdo, al menos concientemente ver de noche el mismo reloj, con la misma hora y pensar "tenía que pararse ahora"...
Luego me he despertado en este coche, con esta mierda puesta encima y... y...he...¿he matado a mu-cha gente?
Pues mira, chico, pues sí, eres un maldito chiflado y has cometido una jodida masacre por la que espero que te caigan unos cuantos años. Pena de muerte no, porque, al fin y al cabo, estás majareta, pero de la cárcel voy a procurar que no te libres. Joder, odio trabajar con chiflados, son peores que los borrachos y los yonkis juntos...
De repente, con estrépito y rebombo, Theo aparece de dentro de su coche y comienza a gritarnos mientras apunta con la ametralladora al Gigant... a Duncan:
Theo: ¡¿QUIEN COJONES ERES Y POR QUE HAS EMPEZADO A DISPARAR CONTRA LA GENTE DEL PARQUE?! - si sigue gritando así, juro que le meteré una bala por el culo - ¿Por que LLEVAS ESA jodida armadura? ¿QUIEN te envia, EH? ¡¡¿DE DONDE has SACADO todo ese armamento?!! - ¿qué cojones es eso? ¿Gallitos? ¿Al media nena éste le está cambiando al voz justo ahora? - ¿Tienes algo que ver con la policia o con esa maldita cinta que tanto persiguen? Vamos, ¡¡¡contesta de una puta vez o te juro que te metere tantas balas dentro del cuerpo que podras cagar figuritas de plomo!!!
Bravo, Theo, bravo... Y JUSTO cuando empezabas a acerme bien...
No obstante, no tengo mucho tiempo para hacer poco más que mirarle con cara de agilipollamientos total y absoluto, y es que Micaela se levanta presta y hunde su puño contra la cara de Theo.
Amigo, eso tiene que producir un dolor de mil demonios, no quisiera ver cómo va a tener el puto ojos en una media hora, sino menos. Al parecer, los cirujanos se mantienen en mejor forma de lo que parecía...
Seguidamente, empieza a remendar de nuevo al pobre chaval, al que se le ha abierto la herida.
Joe: Bueno, y después de éstos minutos de intermedio - me giro para que todo el mundo pueda verme -, ¿alguien tiene alguno otra idea sobre lo que debemos hacer? Porque el tiempo no es algo que nos sobre o podamos comprar...
Y ya después reflexionaré sobre lo que acaba de pasar...

Dana Rodson
En el metro

¡Madre mía la que se ha montado en unos segundos!
Tengo que pensar detenidamente lo que ha sucedido porque es demasiada información de golpe. Procesa, Dana, procesa, quita la paja y quédate con el grano.
Cuando Joe iba a ver como estaba Theo, el grandullón ha salido tambaleándose y en cuanto nos ha visto se ha portado como un corderito. Micaela le ha dado pastillas de las de Joe, para calmarlo. Se veía en sus ojos que el hombretón no mentía, he visto demasiadas masacres para saber cuando un soldado miente sobre ellas, y él no lo ha hecho. Por lo que he pillado al vuelo el tío se llama Duncan, o Mole, como prefiera, y es o ha sido militar.
Aún así no ha podido reunir todo ese arsenal él sólo, y menos mantenerlo oculto y preparado, alguien le ha tenido que ayudar. Y si por lo que veo no me equivoco, el pobre no tiene ni la más mínima idea de lo que pasa.
Pero ahora tenemos otros problemas, y el más inmediato es salir de aquí y llegar sanos y salvos a la emisora.

Mientras Micaela cura de nuevo a Theo me hacerco despacio a Mole, voy desarmada, pero dejo que vea bien la pistola que llevo metida bajo la camisa. Por el rabillo del ojo veo com Joe me mira como si me hubiese vuelto loca.
Cuando llego al grandullón me agacho, para estar a la altura de sus ojos.

Me mira asustado, pero sereno. Si ahora mismo le volase los sesos me lo agradecería.
Pobre cabrón, han debido estar jugando contigo a fondo. Seguro que desde ese tunel de vietnam te han tenido con una correa sin que tu lo supieras.
Le hablo tranquila, despacio, en un tono un poco bajo pero lo suficientemente alto como para que lo oigan todos.
-Duncan... verás, creo que no nos mientes y que alguien te la ha jugado. Ahora debemos irnos a un sitio y vas a venir con nosotros.
Me giro y con el brazo abarco a los demás.
-Como puedes ver, estamos bastante nerviosos y aunque la posibilidad de que enloquezcas de nuevo y trates de matarnos a todos es grande, de momento debemos confiar en tí.
Hago una pausa y le vuelvo a mirar a los ojos.
-Vendrás con nosotros. Sin armas. Y si notas cualquier cosa rara, o piensas que puedes perder el control o que no vas a poder conseguirlo dinoslo enseguida y Micaela intentará ayudarte.-rozo la pistola con la mano.-O lo haré yo. Sea como sea creo que puedes servirnos de ayuda, y si llega ese momento, me encargaré de que sea rápido. ¿Conforme?

Dana:Vendrás con nosotros. Sin armas. Y si notas cualquier cosa rara, o piensas que puedes perder el control o que no vas a poder conseguirlo dinoslo enseguida y Micaela intentará ayudarte.-roza la pistola con la mano.-O lo haré yo. Sea como sea creo que puedes servirnos de ayuda, y si llega ese momento, me encargaré de que sea rápido. ¿Conforme?

Ayudar... sí podría serles de ayuda y quizás, solo quizás, poder enmendar mis errores. Un pequeño rayo de esperanza se atisba en un futuro demoledor
Mole: No se lo que he hecho, pero si veo vuestras expresiones, como me mirais por lo que creo que lo que me ofreceis es mucho más de lo que me merezco...

Miro la escena impaciente, está claro que el grandullon ha tenido una vida dura, pero no es el único. Espero que cargar con el no sea un error...demasiado grande.

Kenneth: El tiempo apremia, creo que la mejor solución es que yo y Joe vayamos a por vuestros compañeros, somos policías con las credenciales para demostrarlo. Con suerte nos podremos acercar a ellos sin levantar demasiadas sospechas y ayudarles o como mínimo, recuperar la cinta. No es un plan perfecto pero creo que es el único mínimamente viable ¿que decis?

Dana Rodson
En el metro.

Lo que ha dicho Kenneth tiene su lógica, aunque hasta ahora no les ha importado a los que nos seguían dispara a polis. De todas formas tenemos que empezar a movernos ya. Espero que el profe y Kitano no tengan problemas.
Cuando abro la boca para hablar no puedo evitar un tono de preocupación en mi voz.
-Erin conoce el camino, así que podeis ir tranquilos. De todas formas, id con mucho cuidado. A pesar de todo, os esperaremos en la emisora a la hora acordada.-cambio el tono solemne por uno más bromista, para quitar tensión del ambiente.- No os retraseis contándoos batallitas ¿eh, Joe?
Me acerco hasta él y le doy un abrazo, me cae demasiado bien este viejo como para permitir que le maten.

Joe Rockatansky

En el metro

Me zumba la cabeza. Dana se ha acercado a Duncan y le ha dicho algo, no he alcanzado a oir el qué, pero el grandullón parece haberse quedado como domesticado. Pobre diablo chiflado.
Kenneth: El tiempo apremia, creo que la mejor solución es que yo y Joe vayamos a por vuestros compañeros, somos policías con las credenciales para demostrarlo. Con suerte nos podremos acercar a ellos sin levantar demasiadas sospechas y ayudarles o como mínimo, recuperar la cinta. No es un plan perfecto pero creo que es el único mínimamente viable ¿que decis?
La credenciales no han evitado que me vuelen media oreja. No obstante, joder, no puedo evitar oensar que debe quedar algún puto poli honrado en toda la maldita ciudad.
Quizá esa mierda de cinta sea más importante que toda la mierda de Central Park. Quizá resuelva el misterio del segundo Sol. Quizá revele quién hostigó a Duncan para que perdiese la chaveta y matase a todos los que mató.
Dana: Erin conoce el camino, así que podeis ir tranquilos. De todas formas, id con mucho cuidado. A pesar de todo, os esperaremos en la emisora a la hora acordada. - y añade una de sus clásicas bromas - No os retraseis contándoos batallitas ¿eh, Joe?
Se acerca hasta mí y me abraza. El acto en sí me coge totalmente desprevenido, lo último que esperaba en medio de todo ese puto infierno es un poco de cariño. Un poco de cariño que ha alegrado el corazón maltrecho de un viejo moribundo...
Joe: No te preocupes, Dana. Me quedan 17 balas y deben de haber como 170 polis en la ciudad. Eso quiere decir que si se ponen en fila india por grupos de 10 podré acabar con todos - me rio ante mi mal intento de hacer un chascarrillo y le doy un toque amistoso en el hombro, como solía hacer con Riggs cuando patrullábamos - Cuida de Micky y de Theo, ¿vale? Parece que vayan a matarse entre ellos en cualquier momento.
¿Por qué coño he dicho eso? Joder, buscaba una frase profunda, algo, no sé, heroico, como de película de acción, y me ha salido un tópico como una casa. Mierda, Joe, te haces viejo...
Joe: Kenneth, tú primero - hago un ademán con la mano para dejarle pasar -, las damas siempre van primero.
Mataría por un cargador extra...

Dana Rodson
En el metro

-No te preocupes, Dana. Me quedan 17 balas y deben de haber como 170 polis en la ciudad. Eso quiere decir que si se ponen en fila india por grupos de 10 podré acabar con todos - no puedo evitar sonreir ante su broma, aunque está en lo cierto: diga lo que diga me cuesta creer que todos los polis que hoy han estado tras Micaela y luego tras nosotros no sean de verdad. Si es así ¿dónde están los auténticos?- Cuida de Micky y de Theo, ¿vale? Parece que vayan a matarse entre ellos en cualquier momento.
Asiento con la cabeza incapaz de responder. Esto es una despedida de verdad: todos sabemos que van a una misión suicida y que es muy dificil que vuelvan. Pero ¡en qué narices estoy pensando? hay que ser más positiva, si han sobrevivido hasta ahora, lo que queda va a ser pan comido.
Cuando Joe se gira para hablar con Kenneth, me doy la vuelta con los ojos a punto de empezar a soltar una catarata de lágrimas. Joder, esto es una mierda muy gorda. Espero que lleguemos pronto a la emisora y que Kitano cumpla su palabra y aparezca. No me gustaría encontrarme con que nos hemos metido en la boca del lobo con una campanilla al cuello.
Me acerco hasta donde se encuentra Micaela, que está terminando de poner un nuevo vendaje a Theo. Como siga destrozando así el vestido va a llegar a la emisora desnuda.

Kenneth y Erin. Despidiendose en el metro.

Joe: Kenneth, tú primero - hace un ademán con la mano para dejarme pasar -, las damas siempre van primero.

Como contestación doy una última y violenta sacudida a la escopeta que hace que -al final- salte el maldito cartucho que se había encasquillado. Me giro hacia Erin, ella fue a la primera persona que conocí en mi "nueva vida". Habia decidido estar límpio y convertirme en un buen poli, y para ello debía de alejarme del lugar en que nací, nadie es profeta en su tierra. Así que me alquile un pequeño piso que acabaría siendo mío, y como suele ser costumbre empecé a presentarme a los vecinos. La primera puerta a la que llamé la abrió una niñita de unos ocho años que "seseaba" entre los dientes que le faltaban y que llevaba unas enormes gafas de culo de baso en la cabeza, cual fue mi sorpresa que sin siquiera haberme presenteado la dichosa niña empezó a contarme su vida hasta que su padré la interrumpió. Su padré, que resultó ser mi jefe, es una de esas coincidencias que ya ni sorprenden, porque la vida se basa en la sucesión de coincidencias. Se que su padre es un buen poli, y también un buen padre. Esta vez espero que sea mejor padre que policía, o la cosa se va a complicar mucho. Me acerco a ella y la abrazo, y ella también me abraza fuerte, seguramente en otra situación algun capullo hubiera hecho una foto y mañana hubiera salido en el Times: "Hija del comisario de policía liada con un policía negro", o similares... pero la verdad es que para mi siempre será aquella pequeña de ocho años incapaz de pronunciar bien la palabra "Zeñor polizia"...
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Tio Kenneth me abraza y noto una descarga eléctrica en la espalda, le conozco de toda la vida y es alguien que seguramente, en mitad de un tiroteo en un banco, le diría a su compañero que apague el cigarro... Así que una muestra de afecto tan intensa de alguien que no suele demostrar nada más que mala leche me hace más conciente que nunca de lo hondo que es el pantano en el que nos hemos metido. Me frota la cabeza con sus enorme manos deshaciéndome el pelo y luego le indica a Joe que le siga.

Erin: Tio Kenneth, ten cuidado...
Agente Kenneth: Tu también pequeña, guialos sanos y salvos a todos y... nos vemos en la emisora.

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Le hago una señal con la cabeza a Joe, me acerco a una pequeña puerta que hay cerca de las escaleras automáticas que ascienden hacia Central Park, desde allí arriba se empiezan a escuchar sirenas acercándose, no creo que tarden más de un par de minutos en llegar.
Con la culata de la escopeta golpeo el candado de la puerta y este salta en dos trozos. Luego abro la puerta tras la cual se vislumbra un estrecho pasillo, de apenas dos metros de altura y cuyo techo y paredes están totalmente ocultas bajo un manto de conducciones de hormigon, sucias y llenas de telarañas. Algunos tramos tienen luz y otros no, parece que los de mantenimiento no cuidan demasiado del lugar, tampoco es problema.

Empiezo a caminar rápidamente, pero siempre a un ritmo que el viejo pueda seguir.

Agente Kennet: Vale la pena que te pongas la placa colgada al cuello, no vas de policía pero con eso creo que tendremos suficiente. Ninguno de los que se han cruzado con nosotros a vivido para recordarnos, así que salvo que algo allá arriba- señalo el cielo, indicando los satélites- sí lo halla hecho tenemos total movilidad entre ellos. Así que comportemonos con total normalidad y recuerda, lo único que nos diferencia a nosotros de esos polis es que ellos siguen ordenes y nosotros nuestro instinto.